Y Jesús les dijo a los doctores de la ley: “Qué aflicción les espera también a ustedes, expertos en la ley religiosa, pues aplastan a la gente bajo el peso de exigencias religiosas insoportables y jamás mueven un dedo para aligerar la carga”.
Los llamados expertos en la ley estaban dedicados a mantener la pureza de los manuscritos de la Palabra de Dios. No podían añadir ni quitar nada. Sin embargo, habían cedido, agregando ordenanzas humanas muy convenientes a su organización religiosa.
El escenario era muy similar al actual. Hoy en día han aparecido nuevos maestros de la ley, personas auto-encumbradas, que presumen autoridad para añadir lo extra-bíblico, mandamientos y profecías más allá de las Escrituras.
No solo dicen tener la dirección del Espíritu Santo, sino que se consideran ellos mismos el Espíritu Santo hablando en nuestros tiempos modernos. Tampoco están sujetos a una organización que los supervise, porque dicen que dan cuentas “directamente” al Señor.
Estamos viviendo tiempos peligrosos. Los nuevos maestros de la ley ya están desplegados en el mundo. Tengamos sumo cuidado al escoger dónde nos congregamos.
Que todo mensaje esté respaldado por las Sagradas Escrituras. No expongamos a nuestras familias al error de los últimos tiempos.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Dijo Jesús: Qué aflicción les espera también a ustedes, expertos en la ley religiosa, pues aplastan a la gente bajo el peso de exigencias religiosas insoportables y jamás mueven un dedo para aligerar la carga”.
— Lucas 11:46
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