Y crucificaron a Jesús en el Monte Calvario. La gente que pasaba gritaba insultos y le decía en forma burlona: “Pero mírate ahora, dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz”.
Desde ese entonces, la gente ha venido burlándose de Jesús. Consideran que fracasó en la cruz y que allí terminó su triste historia.
Muchos cuestionan sus enseñanzas: Jamás podrían dar la otra mejilla al ser agredidos. Tampoco logran entender su amor por los enfermos y necesitados. Mucho menos el dar la vida por sus amigos y enemigos.
Pero toda su obra se alcanza a comprender cuando atravesamos aquellos valles sombríos de la vida, esos momentos que nos recuerdan nuestra fragilidad. Allí entonces, nos acordamos de Él, nuestro ego personal cae de rodillas, cesan las burlas y nos rendimos ante su majestad.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“La gente que pasaba por allí gritaba insultos y movía la cabeza en forma burlona. “Pero mírate ahora”, le gritaban. “Dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz”.
— Mateo 27:39-40
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