¿Alguna vez has ocultado tu fe para caer bien al grupo? ¿Sientes esa contradicción entre decir quién eres o mantener tu popularidad?
Jesús advirtió: “Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles”.
Sentir vergüenza por Jesús y al mismo tiempo admirarle y seguirle es absolutamente incoherente. Es como amar a alguien y no contarle tu alegría a nadie. Las marcas del Señor pronto serán notorias en tu carácter y todos podrán percibirlas.
Sentir vergüenza por el mensaje de salvación es negar su eficacia en nosotros. Si algo te hizo bien, ¿No es una buena noticia para contarla? Callar, en todos los casos, es tan egoísta como no compartir la medicina delante del doliente, no importándonos su gravedad.
Si no reaccionamos a tiempo, seremos la vergüenza del Señor cuando regrese en su gloria.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles”.
— Lucas 9:26
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