Un hombre se le acercó a Jesús y le preguntó: “Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”
Este hombre había procurado obedecer todos los mandamientos, y Jesús le indicó: “Hay una cosa que todavía no has hecho. Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme”.
Al oír esto, el hombre se fue triste porque tenía muchas posesiones.
Cuando escuchamos esta historia podríamos llegar a pensar que uno debe vender todas sus propiedades para seguir a Jesús.
Lo que el Salvador estaba haciendo es poner a prueba a este hombre, pues su amor número uno eran sus propiedades. No está mal administrar correctamente los recursos y bienes que Dios nos permite disfrutar.
Lo incorrecto es colocar cosas y personas en el primer lugar de nuestro corazón. Ese lugar le corresponde solo a Dios.
Mira tu agenda cada mañana y coteja por las noches todo lo que hiciste. Así sabrás quién o qué ocupa el lugar prominente en tu vida.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Jesús lo miró con amor y añadió: “Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme”.
Al oír esto, el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía muchas riquezas”.
— Marcos 10:21-22
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