Cuando Jesús nació en Belén, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos siguiendo una estrella, que se detuvo sobre donde estaba el niño.
Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
¿Quiénes eran los magos que vinieron del oriente? La palabra “Mago” proviene del idioma persa y significa sacerdote, refiriéndose a una casta de sacerdotes persas o babilonios que estudiaban las estrellas en su deseo de buscar a Dios.
El otro detalle es que ya no encuentran al niño en el pesebre, sino en una casa, en tiempos diferentes a la visita de los pastores.
Sus extraños regalos para un niño son en verdad proféticos. El oro es el símbolo de un rey. El incienso era usado en la adoración, y la mirra era un perfume valioso, también utilizado para embalsamar a los muertos.
He allí al niño Jesús, llamado a ser rey, digno de adoración, quien moriría para perdón de nuestros pecados.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Los magos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.
— Mateo 2:9-11
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