Muchas personas andan buscando algo en la vida y no saben qué es. La sed de significado, amor y trascendencia es algo que se ha generalizado en nuestro mundo actual.
Jesús estaba sentado junto a un pozo y allí afirmó: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
De manera figurativa, para Jesús, el agua del pozo no solo era el líquido elemento que satisfacía la sed; sino que también simbolizaba aquellas cosas que solo pueden satisfacernos parcial o temporalmente.
Por eso nos ofreció del agua de vida eterna, su misma presencia habitando en nosotros, para saciar de manera definitiva nuestra sed de significado, amor y trascendencia.
Él afirmó: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37-38).

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
— Juan 4:13-14
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