Se hicieron unas bodas en Caná de Galilea, y fueron invitados Jesús, su madre y sus discípulos. Fue en este lugar donde Él convirtió el agua en vino. Este principio de señales hizo el Señor y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en Él.
Este es un milagro en particular que se diferencia de muchos. Más adelante veríamos milagros de sanidad y liberación, que tenían el objetivo de mostrar la gloria de Dios delante de todos.
Pero el milagro de convertir el agua en vino tenía el objetivo de mostrar dicha gloria, principalmente, entre sus propios discípulos.
El maestresala y los invitados disfrutaron del buen vino, sin saber que la gloria de Dios había intervenido. Mientras que los discípulos fueron testigos del acto sobrenatural e incrementaron su fe en Jesús.
Hay momentos en tu vida donde Dios va a intervenir poderosamente. Muchos ni se darán cuenta de lo acontecido, pero tú sabrás que fue la gloria de Dios y nunca más serás el mismo.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Jesús les dijo: Llenen estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Saquen ahora y llévenlas al maestresala. Y se las llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; más tú has reservado el buen vino hasta ahora.
Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él”.
— Juan 2:7-11
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