Para su tiempo, Jesús decía cosas muy innovadoras: “Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes.
Si solo aman a quienes los aman a ustedes, ¿Qué mérito tienen? Hasta los pecadores aman a quienes los aman a ellos”.
Esto era muy difícil de entender en su época y en la época actual. Se trata de buscar qué quieren los demás y qué cosa los haría sentir muy bien.
Hoy en día, a eso se le llama empatía: Ponerse en el lugar de los demás y hacerles sentir cómodos y felices. ¿Cómo me gustaría que me traten si yo fuera esa persona?
Esto es contrario a la autorrealización de nuestro tiempo, pero aunque no lo creamos, abre muchas puertas y muchos corazones.
Ponerse en el lugar de los demás y amarles aun sin ser correspondidos es un verdadero acto de madurez, un escalón al cual nos invita a subir nuestro Salvador.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes. Si solo aman a quienes los aman a ustedes, ¿Qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman a ellos!”
— Lucas 6:31-32
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