Muy temprano, Jesús salió a un lugar aislado. Las multitudes lo buscaron por todas partes y cuando por fin lo encontraron, le suplicaron que no se fuera.
Él respondió: “Debo predicar la buena noticia del reino de Dios también en otras ciudades, porque para eso fui enviado”. Así que siguió recorriendo la región.
Jesús era muy querido por la población. Su presencia irradiaba mucha confianza y seguridad para todos. Tanto lo buscaban que aun no lo dejaban descansar o estar a solas con Dios.
Él requería ir a otros lugares, pues la salvación es para todos. Recorrió toda la región a pie por amor a la humanidad.
No te sorprendas, pues Él puede estar pasando por tu vida en este momento. Él conoce tu necesidad y te extiende sus dulces brazos.
Antes no podía estar en todas partes por razón de su cuerpo en vida; ahora lo puede hacer a través de su Espíritu Santo. Muchas personas hubieran querido tener la oportunidad que tú tienes ahora: Tener a Jesús para siempre a tu lado y disfrutar de sus enseñanzas.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Muy temprano a la mañana siguiente, Jesús salió a un lugar aislado. Las multitudes lo buscaron por todas partes y, cuando por fin lo encontraron, le suplicaron que no se fuera. Él les respondió: “Debo predicar la Buena Noticia del reino de Dios también en otras ciudades, porque para eso fui enviado”.
— Lucas 4:42-43
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