¿Eres un seguidor de Jesús o solo un simpatizante de sus principios?
En un momento, Jesús dijo a la multitud: “Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme”.
Ser un seguidor de Jesús en esa época implicaba dejar el hogar para caminar y convivir con el Señor a lo largo de Palestina. No había seguridad probada de techo y alimentación. Lo único que había era la seguridad por fe en que Dios les iba a sustentar.
Hoy en día, ser un seguidor de Jesús ya no implica dejar la casa, sino abandonar las viejas costumbres que no suman, el dañino hábito de tomar decisiones como si Dios no existiera, para comenzar a mirar al Salvador como un guía seguro en nuestro camino.
Él sigue estando con nosotros cada día, siempre dispuesto a enseñarnos a vivir con trascendencia. La decisión de tomar su cruz es diaria. La cruz implica abrazar sus enseñanzas, sostenerlas y defenderlas a todo costo. Cada mañana decidirás seguirle o abandonar sus principios.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Entonces Jesús dijo a la multitud: Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme”.
— Lucas 9:23
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