¿Cuál es la distancia entre Dios y nosotros? Todos sabemos que Él está en todas partes, pero al interior de nuestro corazón, podemos detectar qué tan cerca o lejos estamos del Señor.
En una oportunidad, Jesús fue a visitar a un oficial romano, cuyo servidor estaba enfermo y a punto de morir.
Cuando ya estaba cerca, el oficial mandó avisar al Salvador que se sentía indigno de su visita. Tal vez, reconocía que no estaba tan cerca de Dios, pero tenía la convicción de que Jesús podía sanar a su servidor, aun a la distancia.
El Señor, sorprendido afirmó: “No he visto una fe como la de este hombre en todo Israel”. Al instante, el servidor quedó completamente sano.
Hay momentos en la vida en que nuestra comunión con Dios no será la ideal. Nos avergonzará regresar a Él justo en un momento de necesidad. Pero su gracia infinita no depende de nuestros méritos, sino de su amor inconmensurable.
Este oficial se sentía lejos de Dios, mas se atrevió a tocar la puerta del trono celestial y fue escuchado.
No importa la distancia que haya entre nosotros y el Altísimo. La gracia de Dios sigue siendo un regalo inmerecido. Y un día Jesús también podría decir de nosotros: “No he visto una fe como la de este hombre o esta mujer en todo el mundo”.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a la multitud que lo seguía y dijo: “Les digo, ¡No he visto una fe como esta en todo Israel!”. Cuando los amigos del oficial regresaron a la casa, encontraron al esclavo completamente sano”.
— Lucas 7:9-10
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