Sobre el gran día del Señor, Jesús afirmó: “Y vendrán personas de todas partes del mundo, del oriente y del occidente, del norte y del sur, para ocupar sus lugares en el reino de Dios.
Y tomen en cuenta lo siguiente: Algunos que ahora parecen menos importantes, en ese día serán los más importantes, y algunos que ahora son los más importantes, en ese día serán los menos importantes”.
Dos cosas incómodas que destaca Jesús: En primer lugar, La Iglesia es mundial, interdenominacional, un solo ejército comandado y coordinado por Jesucristo. No hay protagonistas mesiánicos locales ni estrellas solitarias en el firmamento. Quien piense lo contrario, está sumido en la vanidad y fuera de los planes del Espíritu Santo.
En segundo lugar, debemos reacomodar el valor de los ministerios en nuestras mentes y corazones. Tal vez pensamos que el púlpito y la tarima son los lugares más importantes dónde servir. De seguro tienen su propósito, pero es bueno recordar que gran parte del ministerio de Jesús lo hizo caminando por las calles y campos, visitando a los necesitados en sus casas.
Cerrando la reflexión: Ampliemos nuestra visión ministerial, cumplamos la tarea local que nos toca, sin dejar de orar por el ejército de Dios desplegado en el mundo. Destaquemos los ministerios poco visibles, como los anfitriones, servidores, visitación y evangelismo personal.
Un día ellos serán premiados como los más importantes.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Y vendrán personas de todas partes del mundo, del oriente y del occidente, del norte y del sur, para ocupar sus lugares en el reino de Dios.
Y tomen en cuenta lo siguiente: Algunos que ahora parecen menos importantes, en ese día serán los más importantes, y algunos que ahora son los más importantes, en ese día serán los menos importantes”.
— Lucas 13:29-30
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