Cierto día de descanso, Jesús vio a una mujer que había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha. La llamó y le dijo: “Apreciada mujer, estás sanada de tu enfermedad”. Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella a Dios!
Hubiéramos querido que la historia termine aquí, pero diremos con mucha tristeza que el líder de la sinagoga criticó duramente a Jesús por haber sanado a esta mujer en el día de descanso.
Y es que los “Expertos en Teología” habían encasillado a Dios para que solo actúe tal como ellos esperaban: El Creador mismo no podía sanar a una persona en el día de descanso.
¿Te imaginas tamaña incoherencia? ¿Acaso Dios está limitado a actuar solo bajo los términos de la comprensión humana? El Señor obra siempre por amor y eso debería bastarnos para tener tranquilidad. Jamás terminaremos de entender los propósitos eternos de Dios.
¿Puede el Señor sanar a una mujer en el día de descanso? ¿Puede sorprendernos con un giro inesperado en nuestras vidas? ¿Puede permitir que pasemos por una prueba, aunque nos parezca injusta?
Dios no tiene que darnos explicaciones de todo. Nos basta saber que Él siempre actúa por amor y que sigue al mando desde su gran trono.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga, vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: “Apreciada mujer, estás sanada de tu enfermedad”. Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella a Dios!”
— Lucas 13:10-13
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