Jesús aconsejaba: “No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.
¿Tienes una cuenta de ahorros para proyectos futuros? Te felicito. Eso es ser responsable. Cuando Jesús se refiere a acumular tesoros en la tierra, está hablando de aquellos recursos que se guardan enfermizamente, de una manera compulsiva y egoísta, por el solo hecho de acumular riqueza.
Estos bienes traen una falsa paz y un falso sentido de valor al que los atesora. ¿Te imaginas cómo quedaría destrozado su corazón si es víctima de un robo cibernético o a mano armada? Por tal razón, los tesoros en la tierra son efímeros, también susceptibles al sistema financiero.
Es mejor acumular tesoros en el cielo, invertir tiempo de calidad con Dios, compartir riqueza espiritual con el que necesita salvación, obrar en favor de los demás, servir al Señor a tiempo y fuera de tiempo. Cada jornada acumulada en el cielo es contabilizada a nuestro favor.
Un día se revelará nuestro tesoro y sabremos dónde estuvo nuestro corazón.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.
— Mateo 6:19-21
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