Jesús anticipó: “Estén vestidos, listos para servir y mantengan las lámparas encendidas, como si esperaran el regreso de su amo de la fiesta de bodas. Entonces estarán listos para abrirle la puerta y dejarlo entrar en el momento que llegue y llame”.
Es inminente la segunda venida de Cristo. Las señales se vienen cumpliendo una a una, y todo se va preparando para el gran acontecimiento que conmoverá a toda la humanidad.
Si bien es cierto, nadie sabe el día ni la hora, pues con mayor razón debemos estar listos. Asegurémonos de estar vestidos con su salvación y así alcanzar gracia en su presencia.
Permanezcamos rodeados de su manto de justicia, practicando su verdad en medio de un mundo en tinieblas. Vistamos como novios en espera, adornados con joyas de buenas obras, haciendo tangible el amor de Dios.
¡El Rey viene pronto! Mantengamos las lámparas encendidas, llenas del precioso aceite del Espíritu Santo, prestos a abrir la puerta cuando llame.
Que no te tome desprevenido, vestido con manchas de vergüenza, con tu lámpara a punto de apagarse, con solo residuos de un primer amor cercano a esfumarse.
¡El Rey viene pronto! Todavía puedes sumergirte en sus ríos de agua viva. Dice el Señor de los Ejércitos: “Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes” (Zacarías 1:3).

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Estén vestidos, listos para servir y mantengan las lámparas encendidas, como si esperaran el regreso de su amo de la fiesta de bodas. Entonces estarán listos para abrirle la puerta y dejarlo entrar en el momento que llegue y llame”.
— Lucas 12:35-36
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