El diablo llevó a Jesús a una parte alta y desplegó ante él todos los reinos del mundo en un solo instante. Allí le indicó: “Te daré la gloria de estos reinos y autoridad sobre ellos, porque son míos para dárselos a quien yo quiera. Te daré todo esto si me adoras”.
Jesús le respondió: “Las escrituras dicen: Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a Él”.
En esta tentación podemos observar dos características de Satanás: Él es el príncipe de este mundo, aquel que tiene ahora el control ideológico y ético de la humanidad.
La otra característica es que Satanás busca la adoración de la gente, pues se siente superior a Dios. Tuvo el descaro de pedirle adoración al mismo Jesús.
El Señor no cayó en esta tentación y nos enseña a resistir a la ideología del príncipe de este mundo, para adorar y servir con devoción a nuestro Creador.
Somos enviados como ovejas en medio de lobos. Vayamos con cuidado, siempre atentos a los engaños del sistema, llevando la Palabra fortalecidos en Dios, sabiendo que las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia de Jesucristo.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Vete de aquí, Satanás—le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a Él”.
— Mateo 4:10
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