¿Anhelas el éxito en la vida para tus hijos? Dios también lo anhela para ti.
Jesús afirmó: “Así que si ustedes, siendo malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan”.
El Señor está haciendo una comparación entre nuestra bondad limitada y su bondad infinita. Nuestra bondad como padres, nos lleva a anhelar lo mejor para nuestros hijos en cuanto a su desarrollo en este mundo.
Mientras que la bondad de Dios, procura nuestro crecimiento en todas las áreas, incluyendo el área espiritual. De esta área depende el desarrollo sano de todas las demás.
Cuando una persona recibe el Espíritu Santo en su vida, este comienza a hacer cambios positivos en el carácter. La familia se ve beneficiada con este aporte invalorable.
La persona comienza a ver la vida desde un nivel más elevado y puede tomar sabias y mejores decisiones. Su mente se abre a nuevas metas, y su camino al progreso es inexorable.
Todo comienza cuando el Espíritu Santo viene a nuestra vida a través de Jesucristo. Es el mejor regalo que Dios, en su bondad, nos puede dar.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Así que si ustedes, siendo malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan”.
— Lucas 11:13
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