Ya no se habla mucho de la influencia del mal en el mundo. Las fuerzas espirituales de maldad se han escondido estratégicamente detrás del secularismo, y pretenden hacernos pensar que su actividad ha culminado.
Jesús nos advierte que esta influencia maligna continúa vigente cuando dice: “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir”.
Satanás es mencionado por Jesús como “El príncipe de este mundo”, no porque haya recibido este cargo de parte de Dios, sino porque el hombre le entregó el control de su vida, renunciando a la soberanía del Creador.
La actividad de este siniestro personaje y sus huestes es robar la fe, hurtar la esperanza, matar al hombre espiritual y físicamente, destruir a la familia y todo tipo de valores.
Es por eso que en contraparte, Jesús nos ofrece algo totalmente diferente a la desgracia en que yace la humanidad. Él afirmó: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Enrólate en el ejército de Dios y participa activamente en comunicar el mensaje de salvación. El ladrón no descansa en su obsesión por destruir familias. Mas Cristo ha despojado a los principados y a las potestades del mal, y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
— Juan 10:10
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