¿Te gustaría tener vida eterna y no esperar hasta llegar al cielo para disfrutarla?
Un hombre se acercó a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”. Jesús contestó: “¿Qué dice la ley de Moisés? ¿Cómo la interpretas?”
El hombre replicó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente, y ama a tu prójimo como a ti mismo”.
“Correcto”, le dijo Jesús, “Haz eso y vivirás”.
La vida eterna es el anhelo más preciado de todo hombre, y a través de Jesucristo, no solo podemos obtenerla como una promesa, sino disfrutarla como un estilo de vida.
Para gozarla, debemos amar al Señor con la integridad de nuestro ser, sintonizar nuestra voluntad con su voluntad, poner empeño en agradarle en todo por amor, y tenerle siempre presente en nuestros proyectos.
La consecuencia de amar al Señor se verá reflejada en nuestro trato diario con el prójimo, que es su máxima creación. Amamos a Dios y valoramos todo lo que Él ha creado, sin excepción.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“El hombre contestó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente, y ama a tu prójimo como a ti mismo.
Correcto, le dijo Jesús; Haz eso y vivirás”.
— Lucas 10:27-28
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