Enseñando Jesús al pueblo en el templo, llegaron los principales sacerdotes, escribas y ancianos, y le dijeron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién es el que te ha dado esta autoridad?”
Para ellos, en su esquema de pensamiento, era imposible que alguien surgiera de parte de Dios fuera de sus paradigmas religiosos.
Nadie podía emerger espiritualmente si es que no pasaba por las instituciones que ellos regentaban.
Y en medio de su desconcierto, Jesús les preguntó: “El bautismo de Juan, ¿Era del cielo o de los hombres?”
Y ellos discutían: “Si decimos del cielo, dirá: Entonces, ¿Por qué no le creyeron? Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará”, porque reconocían a Juan como profeta.
Lo cierto es que Jesús y Juan el Bautista recibieron la autoridad y el mensaje por parte de Dios. Esa misma autoridad y mensaje es la que Jesús ofrece hoy a todos sus discípulos.
Él dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Jesús se acercó entonces a ellos y dijo: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo”.
— Mateo 28:18-20
Comparte la meditación del día con tus amigos en las redes sociales. Un mensaje oportuno puede marcar la diferencia en su camino.











Deja un comentario