Luego de la muerte de Jesús, el domingo por la mañana, María Magdalena y otra acompañante fueron a visitar la tumba.
De repente, se produjo un gran terremoto, pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella.
Entonces, el ángel les habló a las mujeres: “No teman, sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí; ha resucitado tal como dijo que sucedería”.
La resurrección de Jesús es un hecho histórico comprobado por más de 500 personas que lo vieron con sus propios ojos, durante 40 días antes de su ascensión. El mismo Jesús mostró las heridas en sus manos y su costado.
El hecho fue tan contundente y categórico, que sus propios discípulos fueron capaces de dar sus vidas por llevar adelante el mensaje de Jesús.
“Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:21-22).

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Entonces, el ángel les habló a las mujeres: “No teman”, dijo. “Sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo”.
— Mateo 28:5-6
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