¿Tu mundo es solo tu casa? ¿Crees que no hay más responsabilidad que eso?
Caminaba Jesús cuando vio a una persona y le dijo: “Ven, sígueme”. El hombre aceptó, pero respondió: “Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre”.
Jesús le dijo: “Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos. Tu deber es ir y predicar acerca del Reino de Dios”.
En el caso de este hombre, no era que su papá había fallecido. Se trataba de una manera elegante de decir: “Mejor voy a esperar y acompañar a mi padre en sus últimos años de vida, y luego los encuentro donde estén”.
La excusa parece inobjetable: ¿Acaso no quiere Dios que cuidemos de nuestros familiares vulnerables? La respuesta es sí.
La invitación de Jesús sigue consistiendo en abrazar el mensaje de la cruz, predicar del Reino de Dios y proveer de sustento material y anímico a nuestras familias. Un perfecto equilibrio de la verdad, el buen testimonio y nuestra responsabilidad para con este mundo.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Jesús dijo a otro: “Ven, sígueme”. El hombre aceptó, pero le dijo: “Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre”.
Jesús le dijo: “Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos. Tu deber es ir y predicar acerca del Reino de Dios”.
— Lucas 9:59-60
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