Jesús, hablando con sus discípulos, les decía: “Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor.
Pero yo les digo: No juren de ningún modo, ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro”.
Jesús estaba en medio de una sociedad muy parecida a la nuestra, donde la palabra ya no valía absolutamente nada. La mentira, la lisonja y el compromiso incumplido estaban fuertemente arraigados en la sociedad.
Por eso, la gente, cuando realmente quería decir la verdad juraba por las cosas valiosas.
Jesús corrigió este mal hábito al decir: “Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea realmente no. Cualquier cosa de más, del mal procede”.
Haz tus compromisos delante de Dios, sé responsable con tus acuerdos, vuélvete una persona fiable por lo que dices, respeta las fechas pactadas. El resultado será que tendrás más trabajo, la gente te buscará por tu efectividad y seriedad. Sé una persona confiable en un mundo de falsedad.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”.
— Mateo 5:37
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