Cuando Jesús estaba a solas con sus discípulos, no solo les anunciaba su futura muerte y resurrección, sino también su regreso, para premiar a quienes hayan permanecido fieles.
Él les decía: “¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual su Señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?”
La relación entre Jesús y sus discípulos solo podría permanecer si estaba basada en la fidelidad. Una persona fiel es alguien firme y constante en sus afectos, ideas y obligaciones; alguien que cumple con todos sus compromisos.
De hecho, Dios nos dice: “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, este me servirá”.
Dios está buscando personas fieles, dóciles y mansas, que quieran aprender más de Él, para llevar alimento espiritual a un mundo necesitado.
Jesús añadió: “Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, le halle haciendo así. En verdad les digo que le pondrá sobre todos sus bienes”.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su Señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”.
— Lucas 12:42-44
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