¿Qué pesa más en tus decisiones? ¿Lo que diga Dios o lo que diga tu entorno?
Un líder religioso rogó a Jesús que lo acompañara a su casa, pues su única hija estaba muriendo. Mientras iban de camino, le comunicaron al padre: “Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro”. Mas Jesús corrigió: “No tengas miedo. Solo ten fe, y ella será sanada”.
Cuando llegaron a la casa, todos lloraban, y Jesús dijo: “Dejen de llorar, no está muerta, solo duerme”. Entonces se rieron de él.
Aquí yacen los tres puntos de vista de todo acontecimiento humano: Lo que siente el protagonista, lo que observan sus seres cercanos, y lo que mira Dios.
Este padre de familia estaba destrozado, su entorno le decía que ya no había más que hacer, mientras Jesús le alentaba a tener fe y esperanza.
Este hombre tuvo que sacudirse del ambiente nocivo, para caminar solo y exclusivamente en las Palabras del Salvador. Finalmente, la niña se levantó y comió.
En tu próxima crisis tendrás a tu entorno alrededor, hablándote tan fuerte, que te será difícil escuchar la voz de Dios. Define desde ahora quiénes hablan a tu oído e influyen positivamente en tu fe.

VERSÍCULO DEL DÍA:
“Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: ¡Niña, levántate! En ese momento le volvió la vida y se puso de pie enseguida. Entonces Jesús les dijo que le dieran de comer a la niña”.
— Lucas 8:54-55
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